domingo, 6 de julio de 2008

Silent Möbius ya es Campeón


Campeones, oe oe oe...

Otra vuelta más, otra consagración más, un nuevo capítulo dorado que se une a la larga lista en la historia más importante de la Copa EFA. El 29 de junio del 2008, quedará en los registros históricos -y en nuestras memorias- como el día en el cual Silent Möbius se consagró Tricampeón y de esta manera sumar su tercera Copa EFA, completando así, ocho títulos en 10 años de gloriosa y no menos exitosa existencia. La ventaja de tres goles obtenida el domingo pasado en El Atanasio Girardot, fueron suficientes para que el cuadro negro dirigido por Yoshihisa Yuasa se mantenga como monarca absoluto del futbol del animé japonés, reteniendo el título obtenido hace dos años. Yoshihisa Yuasa, de paso, igualó con dos campeonatos en Silent Möbius a su compatriota japonés Hiroshi Asamiya, quien fuera campeón con las Silent en 2005 y 2006. Al técnico, se le suman los jugadores Jhonny Rivera, Víctor Hugo Aristizábal y Amy Lee quienes ya ostentan tres vueltas olímpicas -o Chambusqui que con cuatro años en Silent Möbius seis títulos con la casaca negra, siendo habituales titulares y el caso excepcional de Katsumi Liqueur, quien ya totaliza cinco títulos como la protagonista del Campeón del Animé y pese a ser poseída por Maximillian Ganossa. De nuevo el Estadio Atanasio Girardot, como en seis oportunidades anteriores, fue testigo de cómo este animé reinscribía su nombre en la placa de los Campeones, mientras más de 45.000 fervorosos hinchas cantaban una y otra vez “somos campeones otra vez“ y “el que no salta, no es Tricampeon”. La Copa EFA 2006 había sido una demostración de superioridad y contundencia por parte de Silent Möbius sobre sus rivales, y esta Copa EFA 2008 no fue la excepción y por el contrario, terminó de redondear una campaña brillante. El nuevo Tricampeón cerró el año con 104 puntos, igualando a Elfen Lied, logrados en menos partidos (52 contra 56), además de tener el mejor ataque con 86 goles marcados y la mejor defensa con 42 goles recibidos. Además fue el mejor local y el mejor visitante del torneo. Por todo esto fue que la hinchada tanto en Japón como en el mundo entero, celebró y festejó hasta el amanecer la nueva conquista, pese a que el partido definitivo fue escaso de emociones. La espera ayer fue larga, muy larga. La antesala al cotejo, al igual que en la final contra Elfen Lied en la Copa Merkosto 2007 fue históricamente animada y bien celebrada en cuanto espectáculos musicales se refiere, como lo fue el caso de la Semana Silent, celebración parecida a la Semana Santa. Solo la presencia de los ídolos como las Silent de la AMP o “THE FORBIDDEN PANSEE” (Kindan no Pansee) sonando por los parlantes, levantó a la gente que esperaba ansiosa, sin haber iniciado aún, la terminación del juego. Las poco más de cuatro horas de espera para encuentro final, fueron mal recompensadas con un partido lento y sin emociones. Tras una majestuosa salida, con juegos pirotécnicos para recibir al eterno Campeón, se evidenció que el partido no sería bueno. Silent Möbius ya pensaba más en la vuelta, la celebración y la rumba en Nativa, mientras Tsukihime volvió a dejar una mala impresión pues aunque tuvo más tiempo el balón careció de fútbol ofensivo y cuando era el Negro el de la posesión, recurrió constantemente a las faltas. Katsumi Liqueur debió dejar en “stand by” su gol número 300 en Japón; Robert de Vice tras dos intentos fallidos, pudo completar los 180 minutos de la final y los dos tiempos de 45 minutos en Medellín solo sirvieron para contener la celebración de la fanaticada silentmobiana, que desde el mismo domingo en el Morumbí, le había pedido a sus jugadores dar la vuelta. Con el pitazo final se dio rienda suelta a la alegría, los abrazos, cánticos y gritos de emoción por la obtención del título. En la cancha, Katsumi sería la más solicitada por sus compañeros para dedicarle el título que le habían prometido mientras en la tribuna miles de banderas ondeaban el escudo o los colores del campeón. Durante la premiación cada uno de los jugadores e integrantes del cuerpo técnico y directivo fue ovacionado siendo, como era de esperarse, Katsumi Liqueur la acaparadora de todas las miradas, aplausos y felicitaciones. Y por primera vez en el semestre se coreó “Yoshihisa, Yoshihisa” quien con todos sos errores y también virtudes logró en un año lo que muchos no han podido en décadas. Llegó el momento de alzarse con los trofeos, que como titula hoy ESPN Deportes, “es una imagen repetida”, imagen de la cual nunca nos cansaremos de revalidar. La vuelta olímpica fue emotiva, vivida al máximo, como si recién fuera la primera pero sabiendo también que no será la última. Tras superar varios inconvenientes, el carro de bomberos con los campeones a bordo -y en medio de un río hinchas, banderas, pitos y harina-, se desplazo por la 74 hasta la Calle Colombia para coger la Avenida El Poblado y llegar al Hotel Casa Victoria, lugar de concentración, para finalmente cenar y dirigirse al sitio escogido para la celebración hasta entrada la madrugada. Mientras tanto, la Carrera 70, El Obelisco, La Mota, la Carrera 80, todo Belén, Las Vegas y el Parque Lleras eran otros epicentros para los festejos silents. En dichos lugares, como ya es tradición, se reunieron en mayor número los hinchas para cantar “Dale campeón, dale campeón”. No todos los equipos en el mundo entero se dan el lujo de festejar un campeonato -y mucho menos el tricampeonato- el año que cumplen sus 5, 10 ó 15 años de vida, solo Silent Möbius; de ahí que la mitad mas todos del mundo entero, tenga un orgullo más y un motivo para agradecerle a todo el animé por esta nueva alegría que continúa enalteciendo el nombre de Silent Möbius y nos permite continuar mirando al resto desde arriba, desde lo más alto.

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